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Universo MIX


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Rodrigo Alonso

Se traza un mapa de donde ya se ha estado. Pero aún no hay un mapa
del lugar hacia donde nos dirigimos.
Audre Lorde

Itau   TV Garden
Marcelo Santorelli. Virgen Velo Blanco. Fotografías en cajas de luz. 2000. ampliar foto José Pizarro. La Luna de Megumi. Objeto de hojalata, productos comerciales japoneses. 1998. ampliar foto

El arte de los últimos años no sólo es complejo; también es impuro. Superadas las definiciones y estatutos de las disciplinas artísticas, asistimos a un universo de medios integrados, híbridos y mixturados. La producción joven internaliza de manera particular esta condición migrante del arte de nuestra época, correlato de un mundo signado por la inestabilidad y las metamorfosis permanentes.
Los artistas de hoy desconfían del arte entendido como el perfeccionamiento técnico de un medio específico. En cambio, utilizan todos los medios disponibles para plasmar sus ideas, aún a riesgo de no conformar aquello que caracterizaba unívocamente al artista moderno: su estilo. Su identidad como artista ingresa al terreno de la exploración y la experimentación junto con sus obras. Para bien o para mal, se van conformando en el accidentado camino hacia la expresión de su discurso estético.
Los medios contemporáneos parecen acompañar esta tarea. Son, en general, maleables y dúctiles, e integran con facilidad a otros medios o se conjugan en complejos conjuntos formales. Imágenes, sonidos, textos, acciones, espacios en las redes electrónicas, composiciones proyectuales, dialogan entre si en las más variadas formas en la obra de los artistas más radicales.
La cultura de los medios masivos y, recientemente, el universo de las producciones digitales, aparecen con insistencia tanto a nivel formal (en el uso de medios como la fotografía, el video, los ploteados, los soportes interactivos) como conceptual. Incluso cuando no forman parte del aspecto semántico de las obras, están presentes siempre como contrapunto de estas prácticas artísticas, en tanto se han convertido en los referentes principales del mundo mutante de hoy. “La radio, la televisión y los periódicos se han convertido en componentes de una explosión y multiplicación generalizada de Weltanschauungen: de visiones del mundo” sostiene Gianni Váttimo, quien ve en esta multiplicación de perspectivas y puntos de vista, propia de los medios de comunicación, el fundamento de las producciones múltiples y fragmentadas de la post-modernidad.
Hoy la separación formal de las producciones artísticas carece de sentido (si acaso alguna vez lo tuvo) por tres motivos fundamentales. En primer lugar, porque los límites de tal separación han estallado y práctica o virtualmente no existen. Las artes contemporáneas yuxtaponen música electrónica, páginas web, moda, video o performance con tanta naturalidad, que se hace imposible, pero fundamentalmente inútil, acudir a las caracterizaciones formalistas del pasado para su interpretación. En segundo término, la variabilidad de medios que puede encontrarse en la obra de un único artista desestima por completo la disección formal: aún cuando resulte altamente problemático desde el punto de vista crítico o metodológico en la tradición de la historia de las artes, debemos admitir que las realizaciones de los artistas actuales deben caracterizarse de manera abierta y no determinante, conjetural y siempre provisoria. Finalmente, la clasificación formal atenta contra la correcta comprensión de la producción contemporánea en el marco de sus determinaciones sociales, políticas, culturales e históricas. Atender a un arte por disciplinas tergiversa el contexto que otorga sentido a sus productos, pero fundamentalmente, al aislar la producción estética de su entorno social, tergiversa el mismo concepto de arte. Si algo nos han enseñado las continuas revisiones y re-versiones de la historia, es que ningún estamento social puede entenderse aislado de la totalidad de las funciones y prácticas que la conforman. Una mirada rápida hacia el arte de nuestro tiempo es suficiente para visualizar hasta qué punto la producción artística contemporánea se encuentra enraizada en la naturaleza plural de nuestras sociedades hiper-tecnologizadas. Una mirada más atenta podría incluso determinar la productividad de la creación artística en el seno mismo del movimiento social, en tanto aquella no existe independientemente de éste sino en un diálogo permanente con su entorno. Tal vez nos falte perspectiva para tamaña tarea, pero quizás no sea demasiado pretensioso mirar hacia nuestro alrededor para intentar descubrir algunas de las claves de la cartografía artística de nuestra época.

 

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Publicado en:

PanoraMix 1 (cat.exp.). Buenos Aires: Fundación Proa, 2000.


+http://www.proa.org/
exhibiciones/pasadas/
panoramix/exhibi_fr.html




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