Rodrigo Alonso contactoEspañolEnglish
Arte contemporáneo Textos

La espera


pdf

Rodrigo Alonso

Diego Bruno   Diego Bruno
Diego Bruno. Desde cuando hasta cuando. Impresión digital. 2004. ampliar foto

Diego Bruno. Arrive-Leave. Video. 8:42 minutos. 2003.

ampliar foto


Esperar. Esperar. Esperar.
Como en el cuento de Borges, a veces no hace falta más que eso. El utilitarismo liberal nos ha llevado a considerar que toda ocupación no productiva del tiempo constituye una pérdida a evitar. Sin embargo, la mayoría de los procesos significativos sólo requieren de esa dimensión: el tiempo.
Diego Bruno extrae un precioso material de trabajo de los vacíos, las inercias, los hiatos, las esperas. Potenciando al máximo esos resquicios supuestamente insignificantes, pone en funcionamiento un mecanismo intelectual en el que las narrativas tienden a cero y al que el espectáculo visual no ha sido invitado. Su ascetismo formal sólo tiene equivalente en la precisión con la que instrumenta cada procedimiento, cada medio y cada concepto.
Las obras de Bruno parten de un minucioso análisis del mundo real; como sostenía Alberto Greco, ningún otro punto de partida parece necesario. A partir de allí, el artista pregunta con insistencia. Cualquier situación o acontecimiento es igualmente válido, en la medida en que pueda aislarse y estudiarse en profundidad.
A diferencia del dramaturgo clásico, Bruno prefiere lo cotidiano, el instante imperceptible, la rutina. Su atelier es el inagotable universo de lugares y sucesos que puebla el más trivial de los recorridos urbanos. A la manera de Brecht, un sutil extrañamiento transforma el hecho repetido en un incidente extraordinario. En cada repetición, un conflicto se agudiza y un sentido se gesta y florece.
Explicitando su descendencia duchampiana, el artista hace gala de una literalidad elocuente y de la “broma intelectual”. Los juegos del lenguaje, y especialmente sus paradojas, tienen además un referente confesado en la filosofía analítica y en la obra de Ludwig Wittgenstein. Su concepción del tiempo bebe en el existencialismo alemán, si bien su predilección por lo habitual atempera las grandilocuencias del pensamiento germano, proponiendo a cambio una reflexión más sensible e inmediata.
Aun cuando todo el planteo conceptual suele presentarse desde el comienzo, el suspenso es un engranaje clave de las piezas. En primer lugar, porque pone de manifiesto la incompletud de nuestra relación con la realidad y la fragilidad de nuestros lazos con ella. En segunda instancia, porque nos ubica en un estado de suspensión que entorpece nuestros sentidos habituales, y que por eso, quizás, los enriquece. Y finalmente, porque nos ubica ante los límites del lenguaje, reforzando la famosa sentencia del filósofo austríaco, para quien “sobre lo que no se puede hablar, es mejor callar”.

 

tapa

Publicado en:

Diego Bruno (cat.exp.). Buenos Aires: Galería Ruth Benzacar, 2004.





pdf
arriba Arte contemporáneo Textos